3.02.2022

La mentira y la censura para imponer el guión pro-OTAN


Por Cecilia Zamudio

La Dictadura del Capital de la UE censura el acceso a RT y medios Rusos: así podrá lavar todavía más el cerebro de las masas, hasta plegar la más mínima neurona a creer que los rusos son como en las películas estadounidenses, que la OTAN es amor y que los Nazis deben ser aclamados en las plazas. La Dictadura del Capital no quiere que se sepa que EEUU y la UE llevan 8 años armando al régimen NeoNazi de Ucrania para que masacre al Donbás, asesinando a 14.000 personas.


Probablemente otros países de la esfera de influencia de EEUU y la UE cometerán el mismo crimen de censura y desinformación total contra sus poblaciones. Úrsula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció en días pasados la censura contra los medios rusos: ahora es un hecho.

 ¿Es que la tan cacareada “libertad de expresión y de información” no importa? 

Evidentemente, esa cacareada “libertad de expresión y de información” es una estafa bajo el capitalismo, pues es la clase explotadora la que posee los medios de producción y de difusión, e impone su visión del mundo, sus parámetros y sus manipulaciones a través de toda su industria cultural (aparato mediático incluido). De esa manera logra alienar a la clase explotada para que se mantenga sumisa pese a la explotación que padece, logrando incluso que los oprimidos amen a sus opresores. 

En tiempo “normal”, la Dictadura del Capital domina los contenidos “informativos”, dejando espacios absolutamente marginales al pensamiento crítico y a la información. Cuando la clase explotadora incrementa la explotación y cuando emprende una maniobra de profunda injusticia social (como una nueva cruzada imperialista de la OTAN) y estima necesario para sus abyectos intereses cortar totalmente de cuajo incluso esos pequeños resquicios de pensamiento crítico, ya vemos que lo hace resueltamente. 

La subida del fascismo va de la mano de la crisis del capitalismo, pues el fascismo es la herramienta de choque de la burguesía para machacar a la clase trabajadora en momentos de incremento de los niveles de explotación y precarización de sus condiciones de vida. 

Aplica muy bien lo que decía Brecht:  “No hay nada más parecido a un fascista que un burgués asustado”. Al burgués le asusta que la clase explotada despierte y se organice contra los que la explotan. Al burgués le asusta que el imperialismo estadounidense y europeo sea desafiado, que la “supremacía de Occidente” sea cuestionada (supremacía surgida de la Historia colonial y sus genocidios), al burgués le asusta que los regímenes neonazis y fascistas que impone y arma durante años para servir sus intereses económicos y geoestratégicos se tambaleen frente a poblaciones que deciden no ser parte de Estados neonazis (como Lugansk y Donetsk, bombardeadas durante 8 años y resistentes frente a un régimen genocida armado con sumas millonarias por los presupuestos públicos saqueados a la clase trabajadora de la propia Ucrania, de la Unión Europea y de Estados Unidos).

La OTAN claramente está preparando las condiciones para una guerra de proporciones mayúsculas, en la que todos los pueblos vamos a salir perdiendo, mientras las burguesías otanistas pretenden ganar nuevos territorios para saquear hasta la médula, pretenden apropiarse de las inmensas riquezas de Rusia, además de capitalizar exponencialmente a través de su industria militar financiada con dineros públicos (eso ya lo están haciendo: en estos momentos hay una decena de multimillonarios que multiplican sus fortunas).

No olvidar que los presupuestos que se van a destinar a comprar armas, tanques, misiles, aviones (etc.) son de los impuestos pagados por la clase trabajadora, de esos mismos impuestos que hoy la gestión burguesa y criminal de los Estados capitalistas le está negando a la sanidad pública, a la educación, a los servicios sociales, a las pensiones. Los servicios públicos son cada día más precarizados y privatizados (otra fuente de lucro para la clase explotadora), mientras la clase parásita que saquea el planeta y explota a la clase trabajadora destina sumas colosales para armar a neonazis, para bombardear, masacrar y torturar.