Quino se queda en el corazón de los que luchan, donde anida su esencia
Por Cecilia Zamudio
El último día de septiembre falleció Quino, el gran dibujante que creó Mafalda inspirado en su
extraordinaria abuela comunista; abuela que luchó hasta su último aliento por la
justicia social, y que sensibilizó a Quino desde muy niño a sentir muy
hondo el sufrimiento de cada ser humano en cualquier parte del mundo,
que nutrió la consciencia de clase de Quino. Quino, cuyo nombre era
Joaquín Lavado, fue creador de Mafalda y de otros dibujos de gran sensibilidad y reivindicación de justicia social.
Quino era hijo de exiliados sobrevivientes de la brutal represión
franquista que la burguesía española y transnacional impuso a España
(mediante el Golpe de Estado impulsado para frenar los avances de la
República y la emancipación social de la clase trabajadora). Quino a su
vez tuvo que silenciar sus dibujos en Argentina cuando la burguesía y el
imperialismo estadounidense dieron el Golpe de Estado e impusieron la
dictadura militar para acometer un exterminio descomunal contra toda una
generación que luchaba por abolir el capitalismo. A la pregunta de un
periodista de cómo sería Mafalda de adulta, Quino respondió: «Mafalda
nunca habría llegado a ser adulta, ella estaría entre los 30.000
desaparecidos», porque Mafalda era lúcida y luchadora, una niña con
sensibilidad social y consciencia de clase, cualidades que la burguesía
ordenó exterminar y los militares atacaron encarnizadamente. A punta de
tortura y exterminio se perpetuó el capitalismo en Argentina y así se ha
perpetuado y se perpetúa por todo el planeta.
Quino
reflejó en toda su obra su reivindicación de justicia social, su
reivindicación de pensamiento crítico, de lucha contra toda explotación.
Quino dibujó su crítica a este sistema, a la clase burguesa que explota
a las y los trabajadores, saquea la naturaleza y promueve (a través de
sus medios de alienación masiva) paradigmas de sumisión y explotación
como el racismo, el machismo, la xenofobia, el individualismo, el
sobreconsumismo parasitario... que lamentablemente producen oprimidos
que defienden a sus opresores como los personajes de Manolito o
Susanita.
Nos hará falta Quino, ese gigante del dibujo
sensible, del arte con compromiso social. Su existencia y su legado son
otra prueba más de que hay hermosura profunda en el corazón de los seres
humanos, de que es este sistema que a muchos degrada e intoxica
transformándolos en monstruos de individualismo funcionales a esta
barbarie que algunos se empeñan absurdamente en llamar “democracia”
cuando es Dictadura del Capital. Quino, Mafalda y Libertad estarán
siempre en el corazón de los pueblos que luchan, brillando como
necesarios faros hacia un horizonte sin explotación, ahí donde anida su
esencia.